Vistas de página en total

jueves, 23 de agosto de 2012

Día de Playa en Doñana


 19 de agosto de 2012.

Después de bastante tiempo vamos a reencontrarnos una vez más con Doñana, al menos, con sus playas. Atravesamos con la barcaza (6 €, por persona) la poca anchura en la desembocadura en Bajo de Guía y nos plantamos en “la otra banda”. Marea baja que deja una amplia zona intermareal de arenas compactas en la parte más interna y próxima a la línea de marea en ese momento, que nos evita el “malandar” con sus arenas más blandas y dificultosa para el transitar. Caminamos así, precisamente hacia Malandar, dejando los restos de antiguos bunkers construidos en los años 40, como defensas ante  el temor a un  desembarco aliado. Como restos, son también testigos de los cambios producidos en estas costas formadas por una flecha arenosa que se desplaza en dirección a la desembocadura y que sigue creciendo, pero con acreciones y retrocesos de la línea de marea a la altura de los antiguos fortines, hoy batidos por el mar en la pleamar pero antaño mucho más al interior y fuera de la zona intermareal.
Los pinos del Pinar del Faro nos acompañan hasta la misma playa para luego tras la punta ir alejándose al dejar una zona de incipientes dunas que avanzan hasta ellos “acorralándolos”. En esas dunas nacientes encontramos el barrón (Amophila arenaria), como casi única vegetación, que luego va siendo acompañada de enebros marítimos que se están recuperando bastante bien.
Caminamos hasta tener enfrente La Jara, en la costa sanluqueña, por una amplia playa, casi solitaria, con pequeñas lagunas dejadas por la bajamar (“Golas”, se denominan aquí a las pequeñas lenguas de arenas causante de estas lagunas, al mantener atrapadas las aguas en las bajadas de la marea). Aquí pasaremos el día, protegiéndonos del fuerte sol con las imprescindibles sombrillas.
 Primeros baños en estas aguas, tan próximas pero a la vez tan distintas a la de Sanlúcar. Aguas a una agradable temperatura que nos tiene acostumbrado y hace que sintamos como frías las de otra cualquier playa. Notamos una fuerte corriente en dirección NW, hacia Matalascañas y la salida del estuario, tal como corresponde a una situación de bajamar. Y luego un largo paseo por esta amplia playa hacia El Inglesillo, otro antiguo cuartel de carabineros ya abandonado. La playa desierta, las rizaduras de sus arenas (ripple marks), las huellas de la rompiente formando pequeñas oquedades en tan blando substrato y la sensación de soledad e inmersión en una naturaleza virgen, contrastan sobre manera con respecto a la otra orilla, con las construcciones de Sanlúcar y las urbanizaciones dispersas de La Jara hasta Chipiona. El faro de ésta marca el  último punto que es visible de la otra costa.
Sentimos el reencontrarnos con Doñana, con su belleza y sus contrastes. Bandadas de gaviotas y otros limícolas, entre ellos los ostreros, ocupan la fina franja donde rompe el pequeño oleaje. Las espumas blancas, señalan la barra y el roquedo que queda casi en superficie, velando solamente en las mayores bajamares. Caminamos y caminamos, apreciando el contraste de los colores, de un mar apenas azul, los penachos blancos de espumas, los restos de un naufragio, el ocre de las arenas mojadas, el claro, casi blanco, de a donde apenas llega el mar, el resplandor de las incipientes dunas, el verdor de los bosquecillos de enebros sobre ellas y nada más que el sonido del viento, de la suave brisa que nos refresca, o del murmullo del mar. Y el olor a mar mezclado con la fragancia de los pinos que a veces nos llega.
Podríamos seguir así, caminando hasta encontrarnos bruscamente con la urbanización de Matalascañas, 20 km más allá, y el fin de este remanso de paz y naturaleza. Pero volvemos para disfrutar otra vez de un largo baño reparador y comprobar que ha comenzado la subida de la marea y que la fuerte corriente, ahora, nos arrastra casi, hacía el río.
 Y así, hasta que ya con un sol bastante bajo, la barcaza nos devuelve a Bajo de Guía y a la obra de los hombres.
Dos mundos con sus contrastes, apenas separados por unos cientos de metros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario