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martes, 7 de agosto de 2012


23 de agosto     Wroclaw y 2
Nos decidimos a volver a Wroclaw, esta vez por nuestros propios medios y haciendo uso de la línea de autobús que pasa por Strzegom. Veremos como nos defendemos con el idioma. La aventura está asegurada.
Nuestra primera intención es visitar el Jardín Botánico (Ogród Botaniczny we Wrocławiu), que encontramos atravesando unos de los numerosos puentes sobre el Oder sin mucha dificultad. Hermoso y didáctico jardín, alrededor de un lago en forma de “U”, con arbolarios, invernadero tropical, hermosas rosaledas, plantas autóctonas de Polonia, plantas alpinas, etc.
  Hasta fósiles de árboles montados en algunos de sus paseos. Nos perdemos entre sus parterres y disfrutamos del color y el olor de este autentico paraíso en el centro de la ciudad. Y también del frescor, puesto que hace un calor húmedo que creíamos que no íbamos a sufrir en estas latitudes.






Ahora podemos apreciar mejor la belleza de esta ciudad, otra más denominada la Venecia del norte de Europa. Las islas que delimita el Oder, unidas entre si por numerosos puentes (most), favorecen esta impresión. En una de ellas, Ostrow Tumski, o isla de la catedral es donde se dice se fundó la ciudad. Allí se encuentra la catedral de San Juan Bautista y el Palacio Arzobispal que nuevamente nos dejan admirados. Atravesando el puente de la catedral o Most Tumski, volvemos a la ciudad vieja o Stare Miaste y a su plaza del mercado, verdadero cruce de las rutas comerciales de la Europa Central durante varios siglos.  Con edificios que van desde el estilo renacentista hasta los propios del siglo XIX. La mayoría reconstruidos tras la situación en que quedó Wroclaw tras la 2ª guerra mundial.
Compramos embutidos locales y nos lo comemos en alguna plaza, una vez que nos habíamos deleitado de nuevo con la cerveza polaca.  Así se nos vino el tiempo para marchar de nuevo a la Estación de Autobuses y buscar el que nos devolviera a Strzegom. Tenemos dificultad para entendernos en la ventanilla, al final nos enteramos que el autobús está ya en el anden y que allí mismo el conductor  no expenderá el tiket. Encontramos a un emigrante chileno que muy amablemente nos facilita la labor y tranquilizados en nuestros asientos charlamos amigablemente con él, que nos cuenta el por qué de su emigración exilio (golpe de Pinochet) y de su integración en la sociedad polaca. Casi sin darnos cuestas estamos otra vez en nuestra población de residencia.

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