Vistas de página en total

sábado, 4 de agosto de 2012


26 de agosto        Swidnica

Después de un día lluvioso y desapacible que pasamos descansando en Strzegom y recorriendo sus alrededores, hoy ha amanecido un día esplendido que aprovecharemos para hacer la última visita de nuestra estancia en Polonia. A pocos kilómetros de la localidad de residencia y cabecera del distrito de esta región de la Baja Silesia, se encuentra Swidnica, nos sorprende con su Catedral de San Estanislao y S. Wenceslao, de estilo gótico tardío del siglo XIV y con una alta torre trapezoidal de más de 100 m, la más alta nos dicen de todo Silesia. Hermoso retablo barroco y enormes vidrieras contrastan con la sobriedad aparente de las fachadas de ladrillos del gótico alemán.

Nos acercamos a ver también la iglesia de la Paz de la Santísima Trinidad, para el culto protestante y singularmente toda ella de madera. Nos enteramos que tras el Tratado de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los treinta años, se permitieron sólo tres iglesia para el culto protestante, pero con la particularidad de no usar ni ladrillos ni clavos. Así surge esta iglesia en 1652, de hermosa decoración interior con pinturas sobre el tablazón. Rodeada por un pequeño cementerio con tumbas semidestruidas y escenario ideal para alguna película de Drácula…




En la plaza del ayuntamiento destacan las fachadas de colores suaves de casas del siglo XVI y posterior.
Excelente cerveza en alguna terraza al aire libre y a conversar sobre el ya deseado regreso.




Para la noche nos tienen reservado una fiesta de despedida al estilo campesino polaco. Nos llevan en un peculiar autobús del transporte escolar, con mantitas en los asientos que nos da idea del frío que debe haber aquí durante el invierno. Llegamos a un prado junto algún pueblo, que ni sabemos cual es, donde una gran hoguera está ya encendida. Nos dan unas lagas ramas puntiaguadas y salchichas para que vayamos acercando a las llamas. Cervezas y aldeanos con los que no nos podemos comunicar debido al idioma y así entre resplandor del fuego y algún baile y canto folklórico de los de allí, pasamos nuestra última noche en estas lejanas tierras.
Ya soñamos con el regreso y con los más de 3000 km que nos separan de casa y varios días de autobús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario