Son las 15:20 h, a bordo de un avión de la compañía Spanier. Llevamos ya casi 4 horas de vuelo desde que salimos de Málaga. Vuelo aburrido, en una butaca separada de la ventanilla, aunque por ella tampoco se aprecia mucho: volamos sobre un manto de nubes blancas. Sufrimos varias turbulencias ,y ahora mismo, se me hace difícil proseguir con la escritura…Desde que salimos a las 6:30 de nuestra casa en dirección al aeropuerto, son muchas horas de viaje, y esto se nota.
Cerveza abordo por 3 € y sanwiches que hemos traído nosotros es nuestro almuerzo.
A las 16 h, aterrizamos por fin en el aeropuerto de Arlanda. Desde aquí unos conocidos nos trasladan en furgoneta hasta Varby (léase Vorbi), ciudad dormitorio de la gran Estocolmo. Una densa red de autovías nos llevan circunvalando la ciudad. Árboles y jardines rodean todas estas carreteras, pero no están muy verdes. Mi imagen de Suecia era más verde. Aparecen pastos casi secos y los colores pajizos, también son percibibles. Me comentan que aquí lleva sin llover casi desde junio, algo verdaderamente excepcional que explica esta “sequía” y estado de la vegetación. Ahora con nosotros parece que han llegado las lluvias. Una fina llovizna comienza a caer intermitentemente.
Llegamos al lugar de nuestro alojamiento, un barrio con bloques de 5 pisos, de ladrillos vistos rojizos y con unos pasillos cubiertos y exteriores, que dan acceso a cada vivienda. Y mucha vegetación en sus zonas comunes y ajardinadas: Arces, abedules, pinos, abetos, alerces, serbales,…y amplias superficies de césped que se mantienen de forma natural con a penas unas siegas temporales.
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