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martes, 15 de abril de 2014

Tanger a Marrakech en tren 4

2 de marzo A las cataratas de Ouzoud
Camino a  Tanachmeilt


Reservamos el domingo para hacer una visita a las cataratas más grande e impresionante del Norte de África, con sus 110 m de caída. Para ello hemos contratado un monoplaza por 1400 DHM.
Salimos temprano para recorrer sus 150 km que la separan de Marrakech, tomando la carretera que comunica con Fez, en la mayor parte de su recorrido (la P24 0 la nº 8), para desviarse al final en dirección a Azilal.
Durante el trayecto podemos observar tres tipos de paisajes diferenciados:
a)Terrenos secos y pedregosos, con escaso valor agrícola a la salida de Marrakech. En ellos no se encuentras más que un pobre y raído pasto o algunos palmerales.
b)Terrenos con tierras rojizas más fértiles, aprovechados por olivares y abundantes almendros. Se aprecia actividad agrícola.
c)Ya en la desviación hacia Azilal y el pequeño pueblo de Tanachmeilt, el paisaje se hace más montañoso con bosquetes de araar o sabina bereber y pinos de repoblación junto a la carretera. El bosque de araar cubre toda la ladera y nos introduce en el dominio del Atlas Medio.
Se comienzan a observar estratos calizos y anticlinales perfectamente definidos.
Cascadas de Ouzoud
Ya en Tanachmeilt, un pequeño paseo nos lleva hasta el río Ouzoud y a su caída desde aquí, que desde luego no puede ser más impresionante desde esta altura. Un guía bereber se impone como nuestro guía por 5DHM por personas (al final nos agrada su presencia y atención y lo obsequiamos con 200Dhm, todo un sueldo en estos lugares). Con el tomamos una senda entre olivos, de donde viene el nombre de Ouzoud (olivos en bereber), que nos conduce hasta la parte baja de la cascada y el río. Vamos contemplando las formaciones calizas travertínicas que se han ido depositando sobre las raíces de los olivos y algarrobos que le han servido de moldes. También son observables las coladas de estas calizas travertínicas en las paredes de las cascadas al ir depositándose el carbonato cálcico sobre los musgos y algas de sus paredes.
Las cascadas tienen tres pisos y se aprecian perfectamente en la garganta que forma este río, el retroceso por erosión que se ha ido produciendo con el paso del tiempo. Impresionantes, desde luego, y una buena lección de geología.
Rocas calizas tabulares en las paredes más altas de la garganta que encajona al Oued Ozoud con muestras visibles de plegamientos y anticlinales.

Ya en la parte baja, aprovechamos un merendero de los que abundan aquí, para reponer fuerzas y hacer un picnic hasta con vino incluido que traemos. Y claro, tomar las fotos rigor de toda la belleza de estas cascadas. Ahora tomamos el camino de regreso paralelo al discurrir del río, par cerca de las cascadas recrearnos en toda su magnificencia y singularidad, así como en su explotación turística por los locales que han ido montando merenderos y “ restaurantes” en sus orillas. Un artesanal y destartalado puentecillo, no más de varios troncos y algunas tablas, nos cruza a la orilla contraria para desde allí subir por una agotadora escalera , de no sé cuántos peldaños, y flanqueada de puestos de artesanía y expolio de fósiles, estalactitas y otras rocas del lugar, como es tan frecuente en un Marrueco que esta destruyendo todo su patrimonio geológico. Todavía nos encontramos con unos Macacos rhesus o Monos del Atlas, domesticados a los que los visitantes no para de cebar con sus chucherias.
La escalera es subida por fin y tras un breve descanso tomamos de nuevo el microbús para regresar a Marrakech, buscar su estación central y el tren nocturno, que ahora en dirección inversa, nos dejaría de nuevo en Tanger a las 7:30 h del día siguiente.
Improvisamos en el pequeño camarote de nuestras literas, una informal cena y acabar con los restos de vinos de los que aún disponemos, pero mala suerte, ahora el revisor del tren se acerca y nos advierte que el alcohol, está prohibido. Así qué cena con agua como manda el Corán...
Esperando el tren Marrakech.Tanger

Noche de descanso en las literas y antes que nos despertemos, el mismo revisor nos avisa que estamos llegando a Tanger, incluso un poco antes del horario previsto.


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